es el centro de operaciones de Harbeth, donde se ensamblan lotes de altavoces todos los días. Un día verás los P3ESR junto a los poderosos Monitor 40.3 en proceso de ensamblaje, y al día siguiente verás los SHL5plus junto a los C7ES-3. Harbeth solo fabrica por encargo y, con el 95 % de la producción en grandes cantidades y destinada a clientes de exportación, la fábrica tiene una cartera de pedidos completa para los próximos meses.
Los visitantes se sorprenden de la eficiencia de Harbeth en la producción.
– Alan Shaw – Diseñador, Harbeth Audio Ltd –
El diseño y la fabricación de altavoces, al igual que la fabricación de instrumentos musicales, es una combinación particular de arte y ciencia. Aparte de las variaciones naturales en las chapas, que aportan variedad a la línea de producción, el arte cede el paso a la ciencia como única forma de controlar la consistencia. Hay alrededor de cien piezas que se combinan para formar un altavoz terminado, y todas ellas son ensambladas a mano por expertos que han trabajado juntos en Harbeth durante un total de 60 años. ¡Conocemos nuestros productos al dedillo!
Varias áreas de la fábrica están dedicadas a las pruebas. Nuestra política en lo que respecta a las unidades de control no es confiar en el control de calidad de los proveedores, sino probar cada unidad de control al ingresar, junto con las que fabricamos nosotros mismos y luego emparejarlas. Hacemos lo mismo con cada placa divisora de frecuencias utilizando el mismo equipo de audio de precisión controlado por computadora. Cada altavoz terminado se somete nuevamente a una prueba de barrido antes del envío para asegurarnos de que sale de la fábrica en perfectas condiciones acústicas y cosméticas. El embalaje cuidadoso, en cajas especialmente diseñadas, garantiza un viaje seguro hasta el cliente final.
Hemos mantenido registros de trazabilidad exhaustivos que describen los elementos de cada altavoz que hemos fabricado desde los años 80: decenas de miles. Nos hablan de las unidades de control y del filtro, quién los probó aquí, de la chapa, del fabricante de los gabinetes, de quién montó el sistema, de quién lo midió acústicamente y, finalmente, de quién inspeccionó y selló la caja. Sin duda, lleva tiempo, pero, sobre todo, fomenta una cultura de responsabilidad personal aquí en Harbeth.
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